martes, 2 de abril de 2019

NUNCA LOS OLVIDAREMOS

                                                             2 DE ABRIL DE 1982
                                                         MALVINAS ARGENTINAS


ARENGA DEL TCNEL. MOHAMED ALÍ SEINELDÍN DESPUÉS DE ENTERRAR EL ROSARIO EN LA CABECERA DE LA PISTA DE PUERTO ARGENTINO EN MALVINAS



2 de abril 1982: El teniente coronel Seineldin  pliega una bandera inglesa capturada
Omnipotente Señor de las Batallas que con su poder y providencia eres el Rey de Reyes de los cielos, la tierra y el mar: 
Porque nos ordenaste honrar al Padre y a la Madre en el cobijo de la Patria terrena… 
Porque nos enseñaste a dar a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar…
Porque nos aseguraste que no estar contigo es estar contra ti… 
Porque nos aconsejaste buscar primero el Reino de Dios y su Justicia… 
Porque caíste en la tierra como semilla para morir y dar con ello abundante fruto… 
Porque nos diste una Patria Grande que va desde la Quiaca a la Antártida y desde la Cordillera al Atlántico,     donde nuestras son las Islas que hoy huellan con orgullo nuestros pies de argentinos bien Nacidos… 
Y porque nuestras madres nos parieron varones y valientes, por eso estamos aquí, porque no amamos tanto la vida que temamos a la muerte y porque si morimos en tu gracia resucitaremos contigo para la Vida Eterna. 
Es por eso que en estas pascuas de resurrección nos consagramos al Corazón Inmaculado de tu madre la Virgen María bajo la advocación de Virgen del Rosario, en cuyo nombre fuera designado este operativo y en recordación de la otra gesta heroica de Liniers y la victoriosa batalla de Lepanto. 
Reina y Madre de la Nación Argentina: 
De hoy en más depositamos en tus manos nuestros cuerpos y nuestras almas nuestra juventud y nuestra garra criolla, nuestra vida y nuestra muerte, para que dispongas de ellas lo que mejor convenga. 
Te consagramos también desde hoy estas Islas Malvinas Argentinas pidiéndote que alejes para siempre todo signo de pecado, de error y de herejía aquí existente. Queremos que –como en el continente – seas honrada con la devoción que mas te agrada: el Santo Rosario, porque solamente asi mostraremos al mundo que somos una Nación invencible. 
Finalmente, a partir de este momento te reconocemos como comandante en jefe espiritual de nuestros hombres en tierra, mar y aire, y desde lo profundo de nuestro corazón de argentinos damos respuesta a la voz que nos dice: 
- A la Virgen del Rosario Subordinación y valor  - Para servir a Dios y la Patria 
"Jesús, María, Os amo, Salvad las almas"
¡NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO, SÁLVANOS!
                                                                                                                                 Seineldin -PPR-MIN  HOY Y SIEMPRE ARGENTINAS
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¿QUOUSQUE TÁNDEM, BRITANNIA...?
Atilio Carlos Neira


Artículo aparecido en el N° XVII de la Revista "Fidelidad a la Santa Iglesia, abril de 1982

Mucho más que estrategia o petróleo, mucho más todavía que la soberanía misma de las Islas Malvinas es lo que está en juego en la guerra desencadenada entre la Argentina e Inglaterra. Por encima de las concretas circunstancias históricas, las que están en pugna son dos visiones del mundo, opuestas diametralmente desde hace siglos: por un lado, detrás de la Argentina está la idea hispánica y, por lo tanto, europea y americana, de la defensa inquebrantable de aquello heredado al nacer, y conservado y acrecido con el esfuerzo cotidiano (la familia, la tierra, en fin, la Patria), frente a lo foráneo; la exaltación, como un eco vago, es cierto, del viejo ideal fundacional romano: el descubrimiento de que una muerte digna vale más que una vida mediocre; el saber que no hay oro suficiente para comprar el honor de una Nación; la intuición profunda de que la Patria es una realidad sacra.
En la otra orilla, Inglaterra; única entre las naciones a la que se nombra uniendo a su nombre un epíteto atroz: la pérfida Albión. Cada nación se configura como tal en cuanto es capaz de cumplir con el papel histórico que el destino le ha reservado. Y el de Inglaterra ha sido, ciertamente, un destino trágico; el de, a la cabeza de la modernidad, destruir la magna idea de la sacralidad imperial, erigiendo una contrafigura paródica: el pseudo imperio, que tan cabalmente ha encarado, del "ideal" crematístico. Sus armas, sus conquistas, su "Imperio" —"Rule, Britan-nia!"— han sido perpetuamente guiados por el más vil de los paradigmas profanos: el del dinero. La libertad de comercio —Moloch en cuyo altar tanto se ha corrompido, tanto se ha sacrificado— ha sido su siniestro estandarte, capaz de engendrar a un Francis Drake, pirata hecho "sir" por la agradecida corona, y a un piadoso capitán Juan Hawkins, quien bautiza "Jesús" al buque, obsequiado por su Graciosa Majestad, con el que trafica esclavos africanos.
Esto debe ser dicho, hoy y aquí, para siempre. Eso ha sido Inglaterra, durante siglos: la eminencia gris de la Revolución en Occidente; una larva que ha carcomido el corazón de Europa y de América; y también del África, del Asia y de Oceanía.
Eso ha sido Inglaterra y eso son los Estados Unidos; porque, en el más profundo sentido, los Estados Unidos son Inglaterra. Ellos han venido a cumplir el papel que aquélla cumpliera durante siglos: el de la cabeza del pseudo imperio fenicio, perpetuamente traidora de quienes dice defender.
Por eso es que, contra Inglaterra y los Estados Unidos, hoy comienza a renacer, espontáneo, el viejo ideal bolivariano de la unidad de una América que no habla inglés, frente a la ficción insostenible de una O.E.A. venal, al perenne servicio de Washington. Con las palabras de Rubén Darío:
Tened cuidado. ¡Vive la América española! ¡Hay mil cachorros sueltos del León Español! Se necesitaría, Roosevelt, ser por Dios mismo, el Riflero terrible y el fuerte Cazador, para poder tenernos en vuestras férreas garras. Y, pues contáis con todo, falta una cosa: ¡Dios!
Mas no nos engañemos. La guerra actual no es un hecho aislado sino el último eslabón de una larga cadena bélica que ya lleva siglos. Atrás están incontables hitos: el ataque inglés a la Colonia del Sacramento en 1763, Beresford y Whitelocke, la gloriosa Vuelta de Obligado... Y atrás están también —y esto no podemos olvidarlo, mucho menos en esta difícil hora— Manuel José García sirviendo a Lord Ponsonby antes que a la sangre de Ituzaingó; Julio Roca brindando en Londres frente al príncipe de Gales por "la Argentina, una parte integrante del Imperio Británico"; Roberto M. Ortiz que al responder a otro brindis, por el cual el presidente de la Cámara de Comercio Británica lo ungía futuro Presidente de la Nación, contesta: "La Argentina tiene con vuestra patria enlaces financieros y obligaciones tan importantes como muchas de las obligaciones que existen entre la Metrópoli y diversas partes del Imperio"; y las actas de Chapultepec, y Braden, y, por fin, allí está el Gral. Lanusse designando a Su Majestad Británica árbitro de la disputa con Chile por... nuestras islas, tan próximas a las Malvinas, en el gélido mar austral.
Doce mil hombres aguerridos —bastante más de los que ahora vienen— fue capaz de rechazar la humilde aldea de Buenos Aires, allá por 1807. Nos hemos acostumbrado a pensar en el aceite hirviendo de la Defensa como en una fábula escolar; y ahora la cruda realidad nos hace tomar conciencia de que es el símbolo de lo que puede la Nación unida. Hoy, golpeada, entregada, agobiada, la Patria agonizante ha renacido de entre sus cenizas, justo en el momento en que se inclinaba sobre el abismo de su desintegración. Toda nuestra historia se resume en esta hora crucial: es la existencia misma de la Nación como Nación lo que está en juego. Y por eso sufrimos, y por eso luchamos, y por eso, si hace falta, también morimos los argentinos. Que la Virgen del Rosario, Nuestra Señora de la Victoria, a quien cantamos con la liturgia "deducet te mi-rabiliter dextera tua", quiera ser nuestra guía y nuestra lumbre en medio de las tinieblas de estos decisivos momentos.

                                                       HOY Y SIEMPRE ARGENTINAS
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Una muerte mafiosa arranca, de un zarpazo, la careta de una democracia maloliente, erigida sobre 649 tumbas, hace algo más de 30 años, para deshonra de sus muertos...
Una muerte inicua de un argentino, colofón de una democracia que hoy, arrancada su careta, muestra una calavera nauseabunda.
De aquella Patria bellísima lograda con sacrificio y dolor, sólo queda este despojo arbitrario y vergonzante...
De aquélla, su cabellera coronada con los laureles de la Victoria, queda sólo ese cráneo resquebrajado por las alucinaciones de un cerebro enfermo...
De aquella frente orgullosa y desafiante, sólo queda ese hueso pelado agachado al servilismo...
De aquellos radiantes ojos, fulgurantes de honor y futuro, sólo dos cuevas sucias por la codicia...
De aquella nariz arrogante en un perfil egregio y sensible, sólo quedan dos agujeros destruidos por no percibir más que el olor del dinero y la prebenda...
De esas orejas que captaban el susurro de las oraciones y las lágrimas, sólo dos conductos negros por donde penetraron alabanzas y mentiras...
De esa boca abierta en la sonrisa cálida del deber cumplido, sólo un vacío desdentado, hediondo, acostumbrado a mordisquear carroña y a vomitar venganza...
Y esa patética calavera, quedó al desnudo por una muerte mafiosa, que le arrancó la careta a una democracia que se fue envileciendo y que en la “década ganada”, mintió, robó, mancilló...
Pero llegará un día en que esas 649 tumbas se abrirán y los cuerpos gloriosos de sus moradores, comandados por Stella Maris, María del Rosario, María de Loreto, María de Luján, impondrán su Poder Soberano y la Patria volverá a ostentar su galanura ante todos los pueblos del mundo, que un día la miraron asombrados...
Y entonces esa muerte mafiosa, que hoy nos enluta, brillará junto a aquellos que, desde todos los tiempos, lucharon por la LIBERTAD y la JUSTICIA
                                                                                            María Delicia Rearte de Giachino
                                                                                               Mendoza, 25 de enero de 2015
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CRISOL-8.1.1833- INGLATERRA INVADE NUESTRAS ISLAS



CRISOL (B.A.) 3.1.1940



DIARIO CRISOL




DIARIO CRISOL


DIARIO CRISOL 1941
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EN UNIÓN CON TODOS LOS ARGENTINOS QUE MANTIENEN EL AMOR INCONDICIONAL
A LA PATRIA Y QUE MANTIENEN VIVO EL RECUERDO DE NUESTROS HÉROES-MÁRTIRES.

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